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Mensaje del Párroco - 21 de junio de 2025


Queridos feligreses de San Martín:

 

Tras la muerte de mi tío, Monseñor Wells, en el año 2000, recuerdo haber visto un video de alguien que lo entrevistó. En el video, mencionaba que el empezó a ir a misa diaria en su instituto católico cuando, mientras caminaba por el pasillo, se le ocurrió una idea: "Si ese que está ahí dentro [en la capilla durante la misa] es realmente Jesús, ¿qué hago yo aquí?". Este pensamiento suyo realmente me impactó y yo comencé a ir ocasionalmente a misa diaria en mi instituto. Después de graduarme, asistí a la Universidad de Maryland y me aseguré de organizar mi horario de clases para que no interfiriera con la misa diaria en el campus al mediodía. Poco a poco, el Señor fue obrando en mi corazón para acercarme a mi vocación sacerdotal.

Tanto por mi propia experiencia como por ver a otros católicos crecer en su fe, este despertar a la verdadera presencia de Jesús en la Eucaristía me ha transformado la vida. En una ocasión, mi tío recogió a un joven pidiendo aventón en Nashville para intentar triunfar en la música country. Mientras conversaban, el joven admitió que, aunque era católico, había dejado de ir a misa años atrás. "¿Por qué tienes que ir a misa?", preguntó con inocencia. Mi tío respondió con pasión: "¡Para recibir el Cuerpo de Cristo!". Esta respuesta, y la vehemencia con la que la pronunció, cambió la vida del joven autoestopista para siempre. Volvió a practicar su fe y ahora es diácono permanente, enseñando teología y filosofía en secundaria.


Justo el otro día, un hombre se me acercó a la salida de la iglesia y me preguntó con urgencia: "¿Cómo puedo prepararme para recibir mi Primera Comunión?". Empecé a decirle que nuestras clases empiezan en septiembre, y me interrumpió diciendo: "No puedo esperar tanto". Había experimentado el amor liberador de Dios en un retiro, y ahora estaba consciente de la realidad de la entrega plena de Jesús en la Sagrada Comunión. Sentía un profundo anhelo de recibirlo cuanto antes.


Esta es la gran verdad que celebramos en la festividad del Corpus Christi. ¡Jesucristo está aquí! ¡Él está verdaderamente aquí y desea entregarse a ustedes, entero e íntegro, en la Sagrada Comunión! Oramos fervientemente para que todas las personas, católicas y no católicas, descubran esta verdad transformadora y se unan con su Señor y Dios en el sacramento de su Cuerpo y Sangre.


En el Señor Eucarístico,

P. David





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