Queridos feligreses de San Martín,
En el evangelio de este domingo, Jesús habla de cómo llegamos a ser espiritualmente fructíferos: “Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes”. En el Bautismo recibimos la gracia santificante que hace vivir en nosotros la Santísima Trinidad; por lo tanto, Jesús puede decir: “como yo permanezco en ustedes”. Si vivimos en estado de gracia, Dios no está unas veces cerca y otras lejos de nosotros; más bien, Dios permanece siempre en lo más profundo de nuestro ser. Sólo parece desde nuestra perspectiva que a veces hay cierta distancia entre Dios y nosotros; en realidad, no hay ninguno en absoluto.
Ahora, ¿qué tal la primera parte: “Permanezcan en mí?” Durante nuestra jornada, muchas cosas nos distraen de la presencia interior de la Santísima Trinidad; esto varía desde la distracción más mundana (¿Qué quiero cenar?) hasta la más seria (¿Debería cambiar de trabajo?). Dios nos llama al recogimiento continuo en medio de nuestra vida diaria. Debemos ir repetidamente a lo más profundo de nuestro interior para estar con el Dios que habita en nosotros a través de la gracia santificante. Uno de los libros a los que vuelvo a menudo en busca de nuevas ideas e inspiración es Transformación en Cristo de Von Hildebrand. Escribe sobre el recogimiento:
Es necesario señalar la importancia del recogimiento para el proceso de transformación en Cristo. Sin ella no hay vida plena y válida arraigada en lo más profundo y, en consecuencia, no puede haber transformación genuina, esencial y profundamente arraigada. Sin recogimiento, todas las buenas resoluciones— todos los esfuerzos honestos por superar un defecto o lograr una transfiguración sobrenatural de las virtudes naturales—están destinados a permanecer impotentes y estériles.
A menudo nos encontramos tratando de tomar resoluciones y cambios en nuestra vida. Es muy fácil caer en el error de centrarse en lo externo: dejar de hacer esto o esforzarse más en hacer lo otro. Jesús nos recuerda que la clave para lograr un verdadero cambio y dar frutos espirituales es permanecer en él. Debemos recogernos frecuentemente a lo largo de nuestro día para vivir desde nuestra identidad central de amados hijos del Padre, miembros de Cristo y templos del Espíritu Santo.
Por favor continúe apoyando nuestra despensa parroquial ya que las reservas de alimentos de una semana a otra siguen siendo muy bajas. Durante las próximas semanas, más de 300 jóvenes de nuestra parroquia recibirán los sacramentos del Bautismo, Primera Comunión y/o Confirmación. Esta es una gracia inmensa y un gran esfuerzo por parte de tantos catequistas, voluntarios y personal parroquial. ¡Por favor mantengan en sus oraciones a nuestros niños y adolescentes que recibirán la plenitud de la iniciación cristiana!
En Cristo,
P. David
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