Queridos feligreses de San Martín,
Estamos en el ritmo de las Misas sacramentales para nuestros jóvenes. Después de una misa de primera comunión el sábado pasado, un jovencito apenas pudo contener su entusiasmo. Me dijo muy emocionado que cuando asistió a Misa antes y vio a otros recibir la Comunión, “le dio mucha hambre”. ¡Qué cierto es eso! La Sagrada Comunión es para aquellos que verdaderamente tienen hambre de Dios: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque de ellos es el Reino de Dios” (Mt. 5:6). “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que viene a mí , no tendrá hambre, y el que cree en mí, no tendrá sed jamás” ( Jn. 6:35). ¡Enséñanos, Señor, a tener hambre de lo que verdaderamente sacia y a llenarnos del verdadero pan del cielo!
Para aquellos de ustedes que son adoradores comprometidos de la Eucaristía, una orden de hermanas de España fundada por San Manuel González estará en San Martín promoviendo la Unión de Reparación Eucarística esta semana. Van a dar una charla en inglés a las 7:00pm en la biblioteca de la escuela el martes 14 de mayo y en español el miércoles a las 7:00pm, también en la biblioteca.
Quería compartir una actualización de las instalaciones. Las dos casas nuevas que compramos en septiembre están siendo utilizadas por grupos parroquiales como espacio de reunión. Durante el próximo año y medio, la escuela y la parroquia se unirán para ver cómo podemos utilizar mejor las nuevas propiedades a largo plazo. Hemos recibido permiso de la ciudad para demoler la Casa del P. Meyer, ya que su estado actual es irreparable. Actualmente estoy solicitando ofertas para la demolición, que tendrá que ser aprobada por la Arquidiócesis. Me alegra decir que las nuevas ventanas y el aire central de la oficina parroquial han marcado una gran diferencia para el clima cálido. El techo de la oficina es muy viejo y entra agua a la casa. Estoy solicitando ofertas para el reemplazo del techo, lo cual espero hacer en el próximo mes o dos. ¡Gracias por su generoso apoyo financiero a la parroquia, porque siempre hay algo nuevo que necesita ser reparado o reemplazado!
En Cristo,
P. David
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