Queridos feligreses de San Martín,
Al celebrar el Domingo de la Trinidad, recordamos que hemos sido creados a imagen y semejanza de la Santísima Trinidad: “Creó, pues, Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Al reflexionar sobre la Santísima Trinidad, descubrimos quiénes somos.
1. Los seres humanos estan llamados a la comunión: Sólo nos damos cuenta de todo nuestro potencial viviendo en comunión con los demás, así como Dios es una comunión de tres Personas divinas. El ideal no es el individuo hecho a sí mismo que “va solo”, sino el que vive en una comunión permanente con Dios y con los demás.
2. La unidad fundamental de la sociedad es la familia: Tendemos a pensar en la persona individual como el componente más básico de la sociedad, pero reflexionar sobre la naturaleza de Dios como Trinidad nos señala algo más importante y más fundamental que eso: la familia. La sociedad debe perseguir el florecimiento de la vida familiar.
3. El hombre sólo se descubre a sí mismo haciendo una entrega sincera de sí mismo: sólo llegamos a la plena madurez cuando hacemos de nosotros mismos un don a otro, ya sea a través del matrimonio, la vida religiosa, el sacerdocio o la vida de soltero. Dios es un intercambio de vida perfecto, pleno y libre entre las tres Personas divinas.
4. El amor vivificante es nuestra vocación más elevada: Dios posee la plenitud de la vida en un intercambio pleno de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Como criaturas hechas a su imagen y semejanza, estamos llamados a ser fecundos (“Sed fecundos y multiplicaos”) a través de un libre intercambio de amor.
5. Sólo nos conocemos a nosotros mismos en relación: Lo único que distingue a las Personas de la Santísima Trinidad son las relaciones: El Padre es sólo el Padre por el Hijo; el Hijo es sólo el Hijo por el Padre, y el Espíritu Santo es la relación de amor entre ellos. Solo conocemos y nos convertimos en nosotros mismos en relaciones reales con Dios, la familia y los amigos.
El próximo domingo es la solemnidad del Corpus Christi, o el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo en la Eucaristía. A las 10:00 a.m., tendremos una procesión eucarística desde la entrada principal de la iglesia, cruzando la 355, hasta el Campo del Padre Meyer. Habrá cinco altares instalados con el rezo de una decena del rosario en cada uno de los altares donde adoraremos la presencia eucarística de Cristo. Animo a aquellos que recientemente han hecho su Primera Comunión a que asistan con sus vestidos y trajes que usaron el día de su Primera Comunión.
En Cristo,
P. Dave
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