Queridos feligreses de San Martín,
“Hermanos míos: Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡alégrense!”. Así nos exhorta San Pablo en la segunda lectura de este domingo. El tercer domingo de Adviento se llama domingo Gaudete, que viene de la palabra latina que significa regocijo. Aunque cada domingo es una celebración gozosa de la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, la Iglesia reserva dos domingos del año para centrarse en el regocijo. ¡Hagan caso a la petición de la Iglesia hoy y alégrense!
Tal vez eso signifique salir con la familia a cenar, preparar una comida especial, decorar juntos el árbol de Navidad, rezar juntos el rosario, ver una película navideña (me permito sugerirles It’s a Wonderful Life), pero definitivamente hagan algo hoy que les permita alegrarse en el Señor. Regocijarse requiere que nos apartemos de la rutina, dejemos atrás el trabajo, hagamos espacio para Dios y la familia, y huyamos de las distracciones y preocupaciones sin sentido.
El mundo nos da trabajo y un escape temporal del trabajo como el principio y el fin de la vida. Esto nos lleva a la monotonía. Cristo y su Iglesia nos brindan adoración celestial y amor sacrificial como alternativa a lo que ofrece el mundo, y creo que es una forma de vida mucho más satisfactoria y alegre. Se necesita un verdadero esfuerzo para escapar del ritmo fascinante de las exigencias del mundo, pero hacerlo vale la pena. Solo entonces podemos saborear la verdadera alegría en comunión con los demás.
Quiero expresar un gran agradecimiento a todos los que contribuyeron a la parroquia el Giving Tuesday. Aunque todavía no tengo la cifra final de cuánto recibimos, confío en que podremos terminar la renovación de la cocina de nuestro salón parroquial gracias a su generosidad.
En Cristo,
P. David
Comments