Queridos feligreses de San Martín:
El 8 de diciembre celebramos la gran fiesta mariana de su Inmaculada Concepción. Este dogma sobre nuestra Santísima Madre fue declarado por el Papa Pío IX en 1854 y celebra la creencia de la Iglesia de que desde el primer momento de su concepción María fue preservada del pecado original. María, al igual que todos nosotros, necesitaba la salvación de su Hijo. Su manera de salvarse, sin embargo, difería de la nuestra, así como su grado de santidad es mucho mayor que el nuestro. Aunque la pasión y muerte redentora de Cristo ocurrió después de la concepción de María, las gracias y los méritos de ella se aplicaron a María antes de tiempo. Es decir, María fue salvada por el sacrificio de Cristo antes de que sucediera. Dios, que está fuera del tiempo, puede efectuar una gracia tan única.
En Nicaragua, la Iglesia grita jubilosa en este día de fiesta: “¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María!” (¿Cuál es la causa de tal alegría? ¡La Inmaculada Concepción de María!). Esta fiesta nos ayuda a ver nuestra plena dignidad, así como el poder del sacrificio de Cristo. Dios es capaz de transformarnos totalmente y hacernos verdaderamente santos, tal como lo hizo con nuestra Santísima Madre. Es importante, incluso mientras luchamos en este valle de lágrimas, conocer la grandeza de nuestro potencial y el poder infinito de la gracia de Dios en nosotros. A menudo no podemos percibir el alcance de su poder ni nuestro potencial de santidad debido a nuestro quebrantamiento, pero mirando a María podemos vislumbrar verdaderamente el esplendor de esta realidad. Al meditar en la Inmaculada Concepción de María nos llenamos de esperanza. Dios tomó a una persona humilde llamada María y la transformó en la criatura más grande fuera de Él; ¿Por qué no puedo yo también convertirme en un gran santo por la gracia de Dios?
Quiero extender un enorme agradecimiento al P. Bill Garrott por liderar nuestra Misión Parroquial la semana pasada. Sus talentos musicales, combinados con su predicación clara y poderosa, atrajeron a muchos feligreses a comenzar esta temporada de Adviento con una base sólida.
Como recordatorio, estos son algunos de los próximos eventos de Adviento que no querrá perderse:
Lunes, 11 de diciembre: La Vigilia de Nuestra Señora de Guadalupe a las 9:00 p.m. en la iglesia.
Martes, 12 de diciembre-Miércoles, 22 de diciembre: Las Posadas, nuestra Novena de Navidad de nueve días con comida, bebidas, música y oración, cada noche en el salón parroquial o gimnasio.
Domingo, 17 de diciembre: Una posada especial a las 7:30 p.m. en el salón parroquial con una obra de teatro navideña sobre el nacimiento de Cristo.
Miércoles, 20 de diciembre: Caminando hacia Belén, de 6:00 p.m. a 8:30 p.m. en el Campo P. Meyer. Los grupos parroquiales recrean los diversos eventos que rodean el nacimiento de Cristo, con chocolate caliente, música y más.
En Cristo,
P. David
