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Mensaje del Párroco - 31 de Marzo de 2024



Queridos feligreses de San Martín,


¡Él ha resucitado! ¡verdaderamente, Él ha resucitado! En el día de la Resurrección, ¿qué hacen los discípulos asombrados? Corren como el viento: “Y salieron rápidamente del sepulcro con temor y gran alegría, y corrieron a avisar a sus discípulos” (Mt 28,8); «Pedro se levantó y corrió al sepulcro» (Lc 24,12); María Magdalena “vio que la piedra había sido quitada del sepulcro, corrió y fue a ver a Simón Pedro y al otro discípulo” ( Jn 20, 1-2).


La emoción y la alegría desenfrenada de los discípulos ante la realidad de la Resurrección los hace correr por primera vez en quién sabe cuánto tiempo. Han vuelto a ser como niños, abrumados por el descubrimiento de algo nuevo y sin precedentes. A medida que envejecemos, nos acostumbramos a la vida y tendemos a caminar sin prisa de un lugar a otro. La carrera de la mañana de Pascua hacia la tumba vacía le quita años a la vida de los discípulos. Es como si la gloria del Cristo resucitado ya los estuviera transformando: “Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5). Las terribles cargas llevadas por los discípulos después de la pasión y crucifixión de su maestro se han disipado repentinamente. Su nuevo vigor juvenil es una especie de bautismo: han nacido de nuevo. En su carrera hacia y desde la tumba vacía, las palabras de Jesús encuentran cumplimiento: “En verdad os digo que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mt 18,3).


El mundo se había vuelto viejo y cansado, agobiado por el pecado y la muerte (ese viejo mundo todavía está con nosotros). El domingo de Resurrección Jesús recrea el mundo y, sin que sus apóstoles lo sepan en la tumba vacía, ellos son los primeros beneficiarios; Encuentran su paso corriendo hacia y desde la tumba. San Pablo escribe: “Así que no desmayemos. Aunque nuestro hombre exterior se consume, nuestro hombre interior se renueva cada día” (2 Corintios 4:16). La Pascua es el día de nuestro renacimiento y rejuvenecimiento. A lo largo de estos cincuenta días de alegría de la Resurrección, pueden correr hacia y desde la celebración eucarística con un espíritu renovado.


El próximo domingo 7 de abril es el Domingo de la Divina Misericordia. Los invito a una hora santa eucarística especial a las 3:00 p.m., la hora de la Misericordia, en la iglesia. Rezaremos una coronilla trilingüe de la Divina Misericordia, veneraremos una reliquia de primera clase de Santa Faustina y recibiremos una reflexión sobre el mensaje de la Divina Misericordia del P. Pat. Quiero animar especialmente a todos los que han estado alejados del sacramento de la confesión por un tiempo a que regresen al sacramento esta semana. En el mensaje de Jesús a Santa Faustina, considera que esta semana es excepcionalmente poderosa para la efusión de misericordia para aquellos que buscan el perdón en el sacramento de la confesión.


En Cristo Resucitado,

P. David



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